Antes de arrancar a leer, por favor: dale “enter” a este video…
Estamos escuchando por supuesto “Soplando en el Viento” de Bob Dylan porque queremos compartir un informe que hicimos al aire el año pasado, en un mes que habría sido especialmente ventoso, como la primavera que se viene.
A veces uno piensa a los rockeros como gente despreocupada del entorno, pensando en la música, en su próximos discos, en alguna denuncia penal, pero la verdad es que a veces sus fuentes de inspiración son bastante ordinarias, simplotas. ¿Y qué más común que hablar del clima?
La realidad es que “Lo Bueno, Lo Malo y lo Feo” se cranea en Bahía Blanca, que es una de las ciudades más ventosas del país. No le gana a Comodoro Rivadavia pero sí pica en punta y a pura vela en la provincia de Buenos Aires. Por eso es que encaramos esta cuestión lírico-meteorológica que es el rock cantándole al viento. Primero lo académico: ¿quieren una explicación de por qué se produce el viento?. ¡¡Si!! ¡¡Wikipedia!!
La explicación arrancaría mal con todo eso que “el viento es el flujo de gases a gran escala“… cosa que recordaría los flatulentos torneos entre primos luego de las cargadas salsas de la abuela. La Wikipedia lo empeora con la jerga climática, con ciclones, anticiclones y tropófera. Quieren confundirnos. Es más simple buscar el tema de los vientos en la música que en las ciencias, donde siempre hay mucho que estudiar.
En el arte de la música y tal vez de la poesía, el concepto de “viento” tiene que ver más con ir en contra de “lo establecido” que otra cosa, como si ese flujo de aire sea las pautas morales / sociales de una época y el que está frente al micrófono un rebeldón de aquellos. Ejemplo típico…
“Contra el viento
Nosotros andábamos contra el viento
Éramos fuertes y jóvenes, y andábamos…
Contra el viento”
…es lo que canta el bueno de Bob Seger con las piernas arqueadas de tanto andar a caballo en alguno de los que estaban en la tapa de su disco de 1980, un hitazo que desplazó de los charts nada menos que a “Pink Floyd The Wall”
Lo loco es que precisamente el álbum fue todo lo contrario a un soplo de energía revolucionaria. Bobby Seger venía cansado de ser segundo en todo (incluso cuando tocaba con los “Eagles“) y se preocupó de componer un disco que lo pusiera precisamente en el medio del establishment musical. El tipo era rockero pero sabía que para triunfar en USA, garpaba mucho más hacerse el country. Él mismo se lo reconocería al “L.A. Times” en 1983: “Perseguía un disco totalmente comercial. Quizás fue un disco un poco comercial, pero quería asegurarme que tenía tres hit singles en él. Nunca tuve un álbum que fuese un número 1 y quería uno”. ¡Mi cielo! Bajó la distorsión a la guitarra de sus diez álbumes anteriores y agregó una acústica. Y le funcionó: el viento lo llevó directo a la fama y la fortuna. ¡Te vendiste, guacho! Bien por tí, Bob!
Parece ser que la música country tiene una relación estrecha con el viento. Es lógico: ellos son vaqueros que viven en el campo todo rodeados de tierra y sufren más los anticiclones y la tropósfera, Acaso por eso el grupo Kansas sacó este “Dust in the Wind” o “polvo en el viento”, en el año 1977 (y todavía siguen tocando… ¡viejitos piolas!)
En este caso el viento es una metáfora del paso del tiempo, cruel y desvastador como… una tormenta de viento, ¿cómo qué iba a ser?
Todo lo que hacemos se derrumba en el suelo
aunque nos negamos a ver
Polvo en el viento
Todo lo que somos es polvo en el viento
Oh, oh, oh…
A los fines climáticos es fundamental el “Oh, ho, ho” del final… es lo que da esa idea de inevitabilidad que dice: “listo… ya estamos fritos“. El tema entró casi a la fuerza en el séptimo track del quinto álbum de una banda que es esencialmente progresiva. ¿Qué hace una cancioncita acústica y sencilla en medio de los arreglos orquestales de un grupo que los solos son de violín con overdrive?. Nada, entró por la ventana, como el viento, y devino en éxito. Acaso la joya oculta del tema, como dicen los que saben es que el arpegio de la guitarra acústica está en dos notas que se repiten y la melodía en tres, lo que da un desfasaje rítmico que se ajusta cada tanto, como es característica del rock progresivo. Son las cositas que trae el viento y la buena música.
Otra postura poética que resignifica (¡qué progre que es “resignificar”!) al viento como un catalizador de procesos (fua!) del mismo estáblishment más que el establishment mismo. Es lo que predica la banda alemana “Scorpions” en su archi-pasada y pesada “Vientos de Cambio”, para decirlo en criollo…
Somos “Lo Bueno, Lo Malo y Lo Feo” y nos animamos a decir que este tema está en la columna de “Lo Malo”, como mínimo. No se quejen, nostálgicos: “Lo Feo” siempre es peor. Pero lo rescatamos un poco por el significado que tiene el tema, relacionado por supuesto con la caída del “Muro de Protección Antifascista” en 1989. Más conocido como “Muro de Berlín”, la cosa esa parte pared, parte campo minado, dividía a Alemania y al Mundo desde 1961 y su derrumbe marcó el fin de la Guerra Fría y sin dudas generó una corriente de optimismo que… bueno… no sabemos en qué quedó.
El mundo acercándose,
¿pensaste alguna vez
que podríamos estar tan juntos, como hermanos?
El futuro está en el aire,
puedo sentirlo en todas partes,
soplando con el viento de cambio.
A todo esto, de “Winds of Change” no sólo hay que soportar su letra facilonga y el ritmo de balada pegajosa, sino que este año le salió como un forúnculo una de las cosas que más nos gusta en el mundo: una Teoría Conspiranoica sobre su origen. Sí señores, aparentemente el “Viento de Cambio” no fue compuesto por Klaus Meine, el vocalista de Scorpions, sino por los cráneos de la C.I.A., la agencia de inteligencia norteamericana, nada más ni nada menos, con el fin de debilitar las bases culturales del enemigo comunista (ponele). Al menos esta es la teoría de un investigador independiente en un podcast de Spotify de 8 capítulos, que si te llevás bien con el inglés te lo dejamos acá para que lo disfrutes y nos lo traduzcas. ¿O pensaste que era gratis?
Un día nos vamos a enterar que “La Vaca Estudiosa” de María Elena Walsh fue compuesta por la Sociedad Rural Argentina para promover el consumo de lácteos en la Quebrada de Humahuaca.
Continuando con el viento: quienes parecen tener una obsesión con los flujos de masas de aire son los rockeros argentinos. Adjuntamos pequeño listado y los links a un video del tema:
La Renga: “El viento que todo lo empuja”
La Máquina de Hacer Pájaros: “Cómo mata el Viento Norte”
Vicentico: “Viento”
Gieco-Heredia: “El Viejo Matías”(*)
Spinetta: “Todas las hojas son del Viento”
GIT: “Viento loco”
Litto Nebbia / Los Gatos: “Viento dile a la lluvia”
La Bersuit: “El Viento trae una copla”
(*)- Por eso de “la lluvia y el viento eran dos hermanos corriendo furiosos por el terraplén…” ¡Que el viento no sólo tenía que estar en el título, coños”
Al final hay que reconocer que en el rubro de “Lo Bueno” ponemos a estos pibes que supieron rescatar “lo primal del viento”
Sé que lo que digo
Sangra de uno mismo
Sé que escuchas todo
Lo primal del viento…
¡Qué “spinetteano”! Ni que tuviesen alguna relación con el Flaco… Enjoy!!